martes, octubre 24, 2006
Las judías
6:44 p. m. |
Post de
Doña Col |
Editar entrada
Ya empieza el frío y con él, empiezan a apetecer platos más “contundentes”.
Hoy he tenido la suerte de comer Alubias. Pero alubias, alubias, no de bote, sino de las secas que hay que preparar con la receta de la abuela… La legumbre no es un plato que me apasione especialmente, de hecho las lentejas no son santo de mi devoción aunque las como sin rechistar conocedora de los beneficios que ellas nos ofrecen. Pero lo de las alubias, es otro cantar. Me gustan mucho. Sobre todo cocinadas con chorizo y una buena chorretada de vinagre como aliño.
Quitado el desagradable incidente del que he sido presa, por poco muero atragantada por una alubia asesina que se ha ido de comando por donde no debía la muy jodía, he disfrutado de la comida pero que mucho, mucho.
Las judías son las semillas de las plantas leguminosas del género Phaseolus del que existen tres especies importantes entre las que destaca la judía común (Phaseolus vulgaris), de color de piel variable (roja, negra y blanca) y forma arriñonada que es la más extendida. Hoy he tenido el gusto de zamparme un plato de alubia larga selecta, que es una variedad de gran calidad que se produce casi exclusivamente en tierras de León, de donde las traje.
En cuanto a las ventajas que presentan cabe subrayar, que son alimentos con un alto porcentaje en fibra, folatos, potasio y hierro, aunque su componente principal son los hidratos de carbono. La proteína presente es de baja calidad, aunque esto puede solucionarse añadiendo arroz al plato como típico en muchas preparaciones de legumbre.
Entre los beneficios obtenidos por su ingesta se puede mencionar, la prevención del estreñimiento, reducir la cantidad de colesterol absorbido en la dieta y el mantenimiento de los niveles de glucosa en sangre, gracias a la ingesta de fibra.
Gracias a la cantidad de folatos, es muy eficaz contra la anemia, y su consumo en embarazadas puede ser, en algunos casos, recomendado.
Como inconveniente: las “flatulencias” o pedos, para que nos entendamos todos. La generación de gases en el intestino se debe a la fermentación de los hollejos de esta legumbre. Para evitarlo, se pueden tomar en puré, eliminando la piel con un pasapurés, mezcladas con verduras, arroz o patata, o condimentándolas con especies de condimentos que favorezcan la eliminación de los temibles “gases” (hinojo, ajedrea…)
Hoy he tenido la suerte de comer Alubias. Pero alubias, alubias, no de bote, sino de las secas que hay que preparar con la receta de la abuela… La legumbre no es un plato que me apasione especialmente, de hecho las lentejas no son santo de mi devoción aunque las como sin rechistar conocedora de los beneficios que ellas nos ofrecen. Pero lo de las alubias, es otro cantar. Me gustan mucho. Sobre todo cocinadas con chorizo y una buena chorretada de vinagre como aliño.
Quitado el desagradable incidente del que he sido presa, por poco muero atragantada por una alubia asesina que se ha ido de comando por donde no debía la muy jodía, he disfrutado de la comida pero que mucho, mucho.
Las judías son las semillas de las plantas leguminosas del género Phaseolus del que existen tres especies importantes entre las que destaca la judía común (Phaseolus vulgaris), de color de piel variable (roja, negra y blanca) y forma arriñonada que es la más extendida. Hoy he tenido el gusto de zamparme un plato de alubia larga selecta, que es una variedad de gran calidad que se produce casi exclusivamente en tierras de León, de donde las traje.
En cuanto a las ventajas que presentan cabe subrayar, que son alimentos con un alto porcentaje en fibra, folatos, potasio y hierro, aunque su componente principal son los hidratos de carbono. La proteína presente es de baja calidad, aunque esto puede solucionarse añadiendo arroz al plato como típico en muchas preparaciones de legumbre.
Entre los beneficios obtenidos por su ingesta se puede mencionar, la prevención del estreñimiento, reducir la cantidad de colesterol absorbido en la dieta y el mantenimiento de los niveles de glucosa en sangre, gracias a la ingesta de fibra.
Gracias a la cantidad de folatos, es muy eficaz contra la anemia, y su consumo en embarazadas puede ser, en algunos casos, recomendado.
Como inconveniente: las “flatulencias” o pedos, para que nos entendamos todos. La generación de gases en el intestino se debe a la fermentación de los hollejos de esta legumbre. Para evitarlo, se pueden tomar en puré, eliminando la piel con un pasapurés, mezcladas con verduras, arroz o patata, o condimentándolas con especies de condimentos que favorezcan la eliminación de los temibles “gases” (hinojo, ajedrea…)
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
La Gastro Red
Sobre mi...
A hacerse fans toca!!!
Archivo del blog
Amiguetes & Cia.
Blogs majetes
- Al amor de la lumbre
- Boca Dorada
- Carlos Valencia
- Cocina Tepindro
- Diario del Gourmet de Provincias y del Perro Gastrónomo
- Encantadisimo
- Gourmet de andar por casa
- I+D en mi cocina
- La cuina de casa
- Lucullian Delights
- Mi recetario
- Orogourmet
- Pisto y nopisto
- Recetas Caseras
- Se nos va la olla
- The Journal of a Girl who Loves To Cook
- Tiritinyam
2 comentarios:
Ciertamente me apetece hacer un guiso de legumbre.Puedo asegurarte que no he hecho muchos.Quizas 4 en toda mi vida!!!!Porque soy mucho de preparar pijotadas, que parece que lucen mas que unas judias o unas lentejas cuando vienen gente a casa, pero igual para este fin de semana, lo hago.
ya sabes... siempre puedes reinterpretar las legumbres... Siempre puedes hacer una empedrada de alubias en plan bien, o una espuma de lentejas para adornar algún tipo de guiso...
No sé... siempre se piede innovar con los ingredientes y recetas de toda la vida...
Saludicos
Publicar un comentario