Chafardeando en la cocina

El pasado jueves 28 de octubre, volvimos a reunirnos los Gastrónomos del Ebro para disfrutar de una nueva experiencia gastronómica a cargo de Sergio Ortas en el Festín de Babel.

Para esta ocasión, el chef nos deleitó con sus 10 Tapas del Babel: Diez pequeños platos en miniatura exponentes de la filosofía culinaria que se practica en este ecléctico Restaurante imagen de la personalidad de Sergio, poeta, escritor y artistazo mires por donde lo mires.
Para comenzar, abrimos boca con las 4 tapas frías:
Humus con sopa de limón especiado… suave y aterciopelado humus que contrastaba sorprendentemente con la vibrante acidez del limón especiado.



Ragú de berenjenas con albahaca y cilantro con vinagreta oriental y flores maceradas en aceite de oliva. Un juego vegetariano muy bien resuelto ya que la berenjena tanto de aspecto como de textura, simulaba a la perfección la de la carne. El sabor a berenjenas estaba perfectamente equilibrado con la vinagreta. Un plato redondo.




Ceviche de camarón con limas, cilantro, cebollas rojas, maíz, ají y aire de mojo verde. Deliciosamente tratado, el camarón estaba en su punto y el aire de mojo verde acababa de ensalzar un plato que ya de por sí solo, era de diez.



Una vez que nuestras papilas ya habían realizado los estiramientos oportunos, empezamos con el frenético aerobic degustativo al que nos sometieron con otras 4 tapas calientes:
Cuscús especiado con verduritas y aceite de menta. Sé que diga lo que diga, no seré justa porque tengo debilidad por los cuscuses que cocina Sergio. Éste estaba simplemente sublime y el sabor especiado de la canela le otorgaba matices que nos transportaban hasta tierras lejanas de dunas milenarias.

Pita de espinacas, puerro y yogur con olivada de naranja e hinojo. El sabor de las verduras y la cremosidad del yogur entraban suavemente para sorprendernos con la explosión en boca de la tremenda olivada.



Blini de amapola y sésamo con boletus confitados al limón a baja temperatura y crema Smetana. Los boletus estaban sublimes delicadamente perfilados por el aroma del limón. Y qué decir de los blinis… simplemente lacrimógenos de lo buenísimos que estaban.



Brick de queso y confitura de higos blancos. La crujiente pasta se deshacía para descubirnos un blanco y sabroso corazón de queso… y el toque duce de la confitura no hacía sino elevar al Olimpo de los dioses este manjar…



Y de postre, un montaje de varios postres en uno: Brownie de chocolate especiado con espuma de yogur y granizado de mango. El sabor y deliciosa textura del Brownie se maridaba perfectamente con la suave acidez del yogur y el afrutado y sensual granizado. No podíamos imaginar mejor final para tamaña cena.

Y como hilo conductor, el tremendísimo aceite ecológico de Ecostean que participó en la cena aportando el aceite que se empleó en ella.