Chafardeando en la cocina

Lo reconozco, por motivos de salud llevo una dieta más cercana a la ovo-lácteo-vegetariana que a otra, aunque de vez en cuando me permito licencias como la pechuga de pollo, el lomo de cerdo o el filete de ternera en mi vida cotidiana. La pena es no poder incluir pescado, pero debido a mi alergia al anisakis, este solo lo reservo para ocasiones especiales y previo aviso a mis acompañantes, por si tenemos que acabar la juerga en urgencias…

Pero estar acostumbrada a cocinar este tipo de comida a diario, no te sirve mucho cuando dos de tus mejores amigas más vegetarianas que yo, van a venir a cenar una noche entre semana, con el poco tiempo de preparación que ello conlleva.

Decidido el plato principal completamente vegetariano y conocedora de que algo de carne sí que comen, me decidí por incluir esta ensalada, sacada del libro “Sigue cocinando en 20 minutos” de Julius, y con unas mínimas modificaciones.

Preparar la salsa. Para ello mezclar al gusto en un bol la mahonesa, el zumo de limón, el chutney de mango, una cucharadita de Curry de Madrás en polvo, sal, pimienta negra, AOVE y vinagre de manzana. Recomiendo ir añadiendo estos ingredientes al gusto ya que a cada uno de nosotros nos puede gustar más suave (añadir más mahonesa),  más agridulcepicante (más chutney, más líquida (añadir más AOVE y vinagre). Cuando esté lista, remover bien y reservar.

Partir la pechuga en cuatro tiras longitudinalmente, salpimentar y freír en una sartén pintada con AOVE, cuando estén bien doraditas y crujientes,  sacar de la sartén, dejar que enfríen un poquito y cortar en rodajas muy finitas.

Cortar la piña en almíbar en trocitos pequeños y reservar.

Cortar en finas tiritas la cebolleta y reservar.

Disponer en una fuente, una cama de lechugas, colocar encima la cebolleta, la piña y el pollo.

Salsear y terminar decorando con las almendras laminadas.

Esta ensalada sin dejar de ser una típica receta de ensalada con pollo, se hace en un pis-pas y resulta deliciosa.