Chafardeando en la cocina

Ayer fue día de licencia… Si, nos permitimos una licencia de esas que mejor saben. Teníamos que ir al centro a un recado pero no llegamos a tiempo de modo que Sergio se portó, y me invitó a una cerveza.
Fuimos a la “Hostería El Botín del Corregidor” uno de los mejores restaurantes de Zaragoza. Y digo uno de los mejores, no por propio conocimiento sino por la cantidad de recomendaciones que he recibido para ir.
Dispone de 3 zonas diferenciadas: Nada más entrar te encuentras con el bar con una cantidad y calidad de tapas impresionante, muy limpio, ordenado, y sin nada de lo que sacar pega. Si sobrepasas esta zona, te encuentras con la brasería donde por lo visto lo más solicitado es el menú diario, que se sirve a 18 euros (tiene una pinta…güena, güena). En el piso superior, está la zona destinada al comedor de carta, que no es barato, pero que no conozco nadie que se marche insatisfecho o se queje del precio después de haber disfrutado de sus platos.
El ir a comer/cenar allí, es uno de mis objetivos a corto plazo, de modo que ya os contaré con mayor conocimiento de causa.
Por cierto nos tomamos una tapa impresionante, grande y contundente de esas de cuchillo y tenedor. Sobre una rodaja generosa de pan de barra tostada había un inmensa montaña de crema de longaniza, ¡puf! Increíble.

Ya lo siento, no hay afotos... saqué una con mi móvil a la tapa pero no se ve muy bien, a ver si puedo apañarla.